Alfombras: el tejido de obras de arte
- Fernando novo - presidente de la asociación cualtural hispano-argelina "miguel de cervantes"
Estimado lector, permíteme hacerte una pregunta, ¿has oído hablar de las alfombras voladoras? Sí, estás leyendo bien. Me refiero a aquellas alfombras mágicas que en los cuentos como el de “Las mil y una noches” trasladaban al protagonista a través de diferentes tierras en el recorrer de sus aventuras. Quizás lo recuerdes y me dirás que, salvando esa ficción…lo demás son también cuentos, je, je.
Pero la verdad es que hay alfombras que, aunque no vuelen (supongo que eso ya sería demasiado), sí que nos permiten trasladarnos rápidamente a otros países, conocer su historia, sus tradiciones, su cultura, etc…. su modo de vida, en general. Son alfombras que se han tejido desde el inicio de los tiempos; o al menos, se tiene conocimiento de ellas desde la edad de Bronce (3300 – 1200 a.C.) y que ha sido documentado desde la antigüedad por algunos historiadores como Heródoto y Jenofonte. Son alfombras que sirvieron para protegerse del frío, pero también sirvieron para decorar las paredes de las tiendas de pastores, casas en pueblos o palacios; alfombras que llenan espacios, imprimen estilo y alegran la vista; alfombras que fueron testigos de celebraciones de bodas, nacimientos o incluso defunciones. Alfombras que son un símbolo de bienestar, de comodidad, de equilibrio en las familias. Fueron, en definitiva, unos objetos diarios que se convirtieron en una de las formas artísticas más apreciadas por algunos pueblos. De hecho, llegaron a utilizarse como moneda de cambio o en las ceremonias de boda, tal grande fue su valor en algunas épocas. Y lo maravilloso es que lo sigue siendo en la actualidad ya que algunas están catalogadas como obras de arte.
Las alfombras han sido realizadas gracias a una tradición familiar trasmitida oralmente a través de los tiempos y de las generaciones y, sobre todo, de manera práctica, operativa. Las alfombras fueron tejidas por mujeres y hombres, que desde su niñez fueron testigos (y actores) de esta actividad en sus familias y que aprendieron, con el paso de los años, el paciente y meticuloso arte de tejer. Todos ayudaban en la creación de estas obras de artesanía, puesto que los hombres esquilaban las ovejas en primavera y las mujeres hacían los tintes e hilaban y teñían los hilos en primavera, verano y otoño. Posteriormente, la alfombra se realizaba durante el invierno principalmente por las mujeres de las familias, aunque los hombres también desarrollaban esa ocupación.
La magia y la importancia de las alfombras es que han sido testigos de la historia de los pueblos, de sus tendencias, de sus sentimientos. La creación de estas alfombras está estrechamente vinculada a los avatares de la vida cotidiana y las costumbres de las diferentes comunidades. Han llegado a ser una manifestación del “alma artística”, del “vivir y sentir” de los pueblos y eso es lo que nos cuentan y por ello han llegado a ser consideradas como obras de arte.
Y uno de los pueblos en donde nació y se desarrolló de manera más sobresaliente el arte de tejer alfombras es Azerbaiyán. El tejido de alfombras es una de las manifestaciones artísticas y artesanales más antiguas de Azerbaiyán, que ya desde épocas muy remotas ha sido conocido como un centro importante de diferentes tipos de artesanía y en referencia a las alfombras, es donde han tenido su origen cuatro tipos diferentes de estas creaciones, que se corresponden con cuatro regiones diferentes en las que se producen, que son Quba (Shirvan-Baku), Ganja-Kazakh, Karabakh (Shusha-Jabrayil) y Tebriz (Ordabil). Cada origen tiene sus propios diseños, formas, colores y simetrías por las que se pueden reconocer las alfombras.
Estas obras de arte tejidas son muy valoradas y, algunas de ellas, como tales, están expuestas en famosos museos por todo el mundo, tales como el Victoria & Albert Museum de Londres, Museo de Arte Turco e Islámico, Museo de Pérgamo (Berlín), Museo de Múnich, Museo del Vaticano, Museo Poldi Pezzoli de Milán, Museo de Arte Metropolitano (MOMA) de Nueva York, Museo de Bellas Artes de Boston, Museo de Arte de Filadelfia, Museo Textil de Washington, Museo de las Artes Decorativas y Museo del Louvre (París), Museo Estatal de Historia de Moscú y en otros lugares como la Casa Blanca y el Departamento de Estado (Estados Unidos).
Pero no solamente las alfombras están como tales expuestas en algunos de los principales museos del mundo, sino que, debido a sus refinados y elegantes diseños, llegaron a formar parte de las obras de algunos famosos pintores. Por ejemplo, en el siglo XV, la pintura al óleo sobre lienzo del pintor holandés, Hans Memling titulada “Madona en Trono con Ángel”, en donde se puede ver la alfombra «Shirvan» y en la pintura al óleo sobre tablas de roble del pintor alemán Hans Holbein el Joven titulada «Jean de Dinteville y Georges de Selve” (también conocida como “Los Embajadores»), la alfombra «Gazajista”.
También en la literatura azerbaiyana de la edad media podemos encontrar referencias a las alfombras. Por ejemplo, en algunas obras del poeta y filósofo Nizamí Gandzaví (1141-1209), tales como “Josrov y Shirin”, “Siete doncellas”, se hace referencia a la elaboración y el uso de alfombras.
Tal es el valor, por tanto, de estas obras cuidadosamente elaboradas que, en noviembre de 2010, las alfombras de Azerbaiyán fueron incluidas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, en el transcurso de la quinta sesión de esta organización, que tuvo lugar en Kenia.
En línea con la alta valoración que del arte de la creación de las alfombras se tiene en Azerbaiyán que el 7 de diciembre de 2002 y firmado por el presidente Ilham Aliyev, se promulgó una Ley de la República de Azerbaiyán sobre “la conservación y el desarrollo del arte de las alfombras azerbaiyanas”. Se trata de una ley que regula las relaciones que surgen en relación con la preservación, estudio, promoción y desarrollo del arte de las alfombras de Azerbaiyán, alfombras tejidas en el territorio histórico de Azerbaiyán y actualmente tejidas a mano por artesanos, maestros y artistas populares.
El 26 de abril de 1972 se inauguró el Museo Estatal de Alfombras de Azerbaiyán, contando con la participación de su líder nacional, el presidente Heydar Aliyev. Y el principal centro de tejido de alfombras de Azerbaiyán, “Azerkhalcha” se creó el 5 de mayo de 2016 gracias a una orden establecida por el actual presidente, Ilham Aliyev.
Pero el reconocimiento de este arte por parte del pueblo de Azebaiyán va más allá. De hecho, se ha instaurado el 5 de mayo como el día del tejedor de alfombras y se ha llevado a cabo entre 2018 y 2022 el “Programa Estatal de Preservación y Desarrollo del Arte de la Alfombra en la República de Azerbaiyán”.
Debido al continuo trabajo que viene desarrollando Azerbaiyán desde hace años y con la visión de dar a conocer sus riquezas patrimoniales y establecer acuerdos de colaboración con otras instituciones internacionales, y con motivo de los actos organizados por Azerbaiyán para conmemorar el centenario del nacimiento de su líder nacional, Heydar Aliyev, el pasado 19 de diciembre tuvo lugar, en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, la inauguración de una exposición de alfombras azerbaiyanas que hace partícipe al visitante de las maravillas del país, gracias a la organización de conjunta de la citada institución y de su homóloga azerbaiyana (la sociedad anónima abierta «Azerkhalcha), la Embajada de Azerbaiyán en España y la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de Azerbaiyán (AZPROMO).
La Real Fábrica de Tapices de Madrid, referente a nivel mundial, lleva desde el siglo XVIII fabricando obras exclusivas en forma de alfombras, tapices y reposteros, así como ocupándose del proceso de conservación y restauración de los mismos. Sus altas exigencias en cuanto a cumplimiento de los estándares de calidad y sostenibilidad, hace que sólo pueda firmar acuerdos de colaboración con organizaciones extranjeras, de igual ocupación, que trabajen bajo condiciones y estándares de calidad y sostenibilidad similares. La política de cumplimiento de los trabajos de la Real Fábrica de Tapices ha trasformado a esta institución en un modelo de desempeño circular y sostenible a la hora de ofrecer sus creaciones.
Es por ello que, aprovechando la exposición y contando con la presencia del embajador de Azerbaiyán, Ramiz Hasanov y los directores de la Real Fábrica de Tapices de Madrid, Alejandro Klecker y de Azerkhalcha, Emin Mammadov, tuvo lugar la firma de un acuerdo de colaboración entre la Real Fábrica de Tapices de Madrid y la sociedad anónima abierta «Azerkhalcha”.
En la exposición, que estará abierta gratuitamente al público hasta el 26 de enero y podrá visitarse en la sede de la Real Fábrica de Tapices (calle Fuenterrabía, 2. Metro Menéndez Pelayo) se podrán admirar una veintena de piezas clave procedentes de Guba, Shirvan, Baku, Nakhchivan, Garabagh, Gazakh y Ganja, en las que el visitante podrá apreciar el fino trabajo, colorido, formas y detalles que hacen de las alfombras de Azerbaiyán obras de arte únicas y testigos de su gloriosa historia y de su pujante desarrollo actual.